martes, 24 de octubre de 2017

El 155 es contra Catalunya, pero afecta a las libertades democráticas de toda la población del Reino de España

Nota del editor de este blog
Por Beniezu
 Catalunya, ha sido su pueblo lleno de valentía y patriotismo el que ha comenzado a socabar la piedra de este  Régimen neo franquista. El tan necesario paso, ya ha sidot dado y no podemos dejarlos solos en la tarea de luchar por nuestras libertades y derechos. Ya basta de farsas, de seudo Constituciones escritas por un grupito de siete neo franquistas  contratados  con el  fin de darle una continuidad camuflada al franquismo.
          En este articulo  sacado del  portal electrónico "Sinpermiso", se hace un repaso de las consecuencias de la decisión de Rajoy de aplicar el Art. 155 a la autonomía Catalana.  Artículo y consecuencias que  a la hora de escribir  esto    están  aún por  ser aplicadas. Pero que el autor nos adelanta sus consecuencias previsibles. Consecuencias  previstas o no previstas ya han creado el caldo de cultivo para abrir una gran brecha en el terreno de la deslegitimación de este Régimen
                    oooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
Por

            El 21 de octubre, el gobierno del Partido Popular, con el acuerdo del PSOE y Ciudadanos, ha decidido dar un golpe de Estado en Catalunya, que el Senado confirmará el próximo 27. La aplicación del artículo 155 de la Constitución significa el cese de todo el gobierno catalán, la intervención del Parlament, que no podrá aprobar leyes ni proponer presidente, supone también controlar las funciones esenciales de la Administración de la Generalitat, especialmente en el terreno de la seguridad y los medios informativos públicos, representa una amenaza sobre los funcionarios que no acaten las órdenes y suponer convocar elecciones en un plazo de seis meses que, sin embargo, podría ser ampliado. La Generalitat y sus funciones serán dirigidas por un “virrey” y por los ministros de Rajoy. Es una decisión durísima contra Catalunya, que tendrá repercusiones en todo el Reino.   
          El 21 por la tarde, unas 450.000 personas, según la Guardia Urbana, llenaron de nuevo el centro de Barcelona para exigir la libertad de “los Jordis” (Jordi Sánchez y Jordi Cuixart) en prisión incondicional desde el día 16 y contra la aplicación del artículo 155. Una manifestación convocada por la Taula per la Democràcia, de la que forman parte la ANC, Ómnium Cultural, CCOO, UGT, Unió de Pagesos, y hasta 97 asociaciones sociales y civiles, que reunió a un amplio abanico de organizaciones y personas unidas por su voluntad de defender la democracia, de oponerse a la represión y de encontrar una salida que responda a la exigencia de una mayoría del pueblo catalán de ejercer el derecho de autodeterminación.
             El gobierno del PP no ha querido nunca ni hablar, ni negociar, ni dialogar. En la carta de Puigdemont del día 19 de octubre, se lee: “El 10 de octubre, el Parlament celebró una sesión con el objeto de valorar el resultado del referéndum y sus efectos; y donde propuse dejar en suspenso los efectos de aquel mandato popular.” O sea, que reconoce que no ha sido proclamada la independencia o la república catalana, lo que, supuestamente, le pedía Rajoy, pero de poco sirvió esa respuesta. Rajoy ni siquiera se tomó tiempo para enviar la respuesta que ya tenía preparada: poner en marcha el artículo 155. No fueron escuchados ninguno de los numerosos llamamientos al diálogo o a la negociación de muchos dirigentes políticos, sindicales, premios Nobel, etc.   

Sobre legalidades
        En su campaña de propaganda, el gobierno Rajoy tiene la desfachatez de decir que se ha visto obligado a tomar la decisión para “volver a la legalidad” y que se cumpla la ley. La decisión de aplicar el 155 es justamente la manera de que en Catalunya no se cumpla la ley. Porque la ley dice que el Parlament catalán es el representante del pueblo, y ha sido suspendido. La ley dice que el president de la Generalitat solo puede ser sustituido mediante votación parlamentaria, y Rajoy se lo ha liquidado. Hasta la Constitución dice que hay libertad de expresión, pero desde el próximo viernes en los medios de comunicación públicos estará sujeta a las decisiones que tome quien nombre el gobierno como censor. La ley no dice cómo hay que aplicar el artículo 155, Rajoy ha decidido que la ley es él. Para apoyar todas esas barbaridades, El País tituló que “el gobierno restaura el orden constitucional”, pero lo que se ha instaurado es un clima antidemocrático y de imposiciones.
       Sigamos con las legalidades. Desde que el Parlament catalán decidió convocar el referéndum del 1 de octubre, el gobierno del PP ha ido tomando medidas sin que ninguna de ellas pudiera debatirse en el Parlamento. Todas las decisiones, especialmente la intervención económica de la Generalitat, un 155 avant la lettre, han sido arbitrarias y sin que pudieran ser votadas. Porque hay un elemento al que no se presta, o no se quiere prestar, la suficiente atención: existe un choque de legalidades, no sólo respecto a las últimas decisiones del Parlament catalán, sino también porque el 155 anula todos los resortes jurídicos y políticos de la propia autonomía, y tanto el Parlament como una mayoría del pueblo catalán se considera sujeto político, que tiene soberanía y, por lo tanto, capacidad de ejercer el derecho a decidir.
          El mismo encarcelamiento de “los Jordis” es puesto en cuestión por numerosas opiniones jurídicas. Para la Comisión de Defensa del Colegio de Abogados de Barcelona, al acusarles de sedición la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela se ha inventado “un nuevo tipo diferente de los legales”, pues en los hechos no hubo violencia. Según la doctrina del Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional no es competente para investigar un delito de sedición, e incluso la juez vulneraría la doctrina de la misma Audiencia Nacional que, en diciembre de 2008, consideró que el delito de rebelión no es competencia de ese tribunal. Todo vale en esta batalla contra la exigencia del derecho a decidir del pueblo catalán.
           Más sorprendente aún, quien en la práctica gobernará Catalunya los próximos meses será Rajoy. Su partido alcanzó en las últimas elecciones catalanas el 8,5% de los votos, ¿será legal y democrático que gobierne con ese porcentaje de apoyo? El Senado será la única institución que podrá decir algo respecto a la aplicación del artículo 155. En esa Cámara el PP tiene mayoría absoluta, una mayoría que tiene que ver con la particular representación electoral que existe en el Reino de España. Con el 33% de los votos, el PP obtuvo el 62% de los senadores, ¡viva la representatividad! Será legal, pero su consideración democrática es más que discutible.
           Y, si ampliamos el foco, a esas dudosas legalidades hay que añadir que fue el PP quien rompió, con la ayuda del PSOE y CiU, lo que se venía llamando el “contrato social”. Aprovecharon la crisis para implantar medidas arbitrarias, como los recortes sociales o la reforma laboral, encausaron a más de 300 sindicalistas por defender el derecho de huelga o decidieron salvar la banca para ampliar las desigualdades sociales. Si hablamos de legalidades o ilegalidades, tengámoslas todas en cuenta. Porque, la aplicación del 155 representa también la quiebra política del régimen del 78 y de la Monarquía que ha ligado su destino a la política del PP de Rajoy. Quizás pueda imponerse en lo inmediato, pero se ha abierto un foso que no se podrá rellenar. Para una parte importante de la población del Reino, la Monarquía estará ligada a la represión, a la aplicación de medidas antidemocráticas y a la desigualdad social. Hasta ahora parecía, o se hacía parecer, que la Monarquía estaba por encima de las disputas políticas y sociales, como si viviera en una urna de cristal. Eso se ha acabado, si es que alguna vez estuvo en duda.  
Habrá respuesta
       La aplicación del artículo 155 agudiza el conflicto. A priori, las fuerzas pueden parecer muy desiguales, pero un movimiento tan organizado y potente como es el independentista y soberanista catalán no se echará para atrás a las primeras de cambio. Antes de librar la lucha los que tienen el poder siempre parecen más poderosos, pero la lucha hay que librarla. El 1 de octubre, en numerosas escuelas y centros de votación la gente estaba determinada a votar y a aguantar la represión. Puedo explicar, como anécdota personal, que en mi colegio electoral se anunció durante la mañana que se acercaba la policía. Había una cola de unas 500 personas, gente mayor, padres y madres con sus niños, jóvenes… nadie se movió, nadie hizo ademán de abandonar la cola, todo el mundo permaneció en orden, tranquilo y disciplinado. Esa determinación no ha retrocedido, si acaso se ha ampliado en respuesta a las medidas represivas. Sirva como ejemplo a la jornada del 3 de octubre frente a la represión del día 1, o las 200.000 personas que se reunieron en Barcelona el 17 de octubre, el día siguiente de la detención de “los Jordis”, o la manifestación del 21 de octubre. Cierto que la represión puede ir a más, que se podría detener al president de la Generalitat o a consellers del gobierno catalán, que podrían producirse cargas policiales indiscriminadas, que ante la enorme y repetida muestra de lucha pacífica pueden enviarse provocadores policiales y/o fascistas, pero esa lucha está por librar y es una lucha en la que también el gobierno Rajoy y el Estado tendrá que valorar hasta dónde puede llegar.
         De momento, la mayoría de la Mesa del Parlament ha dicho que resistirá y que no se dejará arrebatar la soberanía que el pueblo le dio en las urnas. El president Puigdemont ha convocado sesión parlamentaria para esta semana, probablemente a la misma hora que se reúna el Senado en Madrid. La Taula per la Democràcia sigue en pie en contra de las medidas represivas y en contra de la aplicación del 155. Los sindicatos de TV3 y de la radio públicas se han conjurado para seguir defendiendo su profesionalidad y la libertad de expresión. Sigue en pie el movimiento de Escolas Obertas (Escuelas Abiertas) que fueron una herramienta imprescindible para la votación del 1 de octubre. En numerosos pueblos y barrios de ciudades se han ido conformando Comités de Defensa del Referéndum, que son tanto más amplios cuanto más unitarios y abiertos a la movilización y a las diferentes opciones políticas. 
       Hay otros flancos que expresan las dificultades políticas de las medidas tomadas por el gobierno Rajoy. Las alcaldesas y alcaldes del PSC de Santa Coloma de Gramanet, Terrassa, Granollers y Castellar de Vallés han denunciado públicamente la aplicación del 155. Nuria Parlon, alcaldesa de Santa Coloma, ha dimitido de la Ejecutiva del PSOE. La diputada del PSC, Alicia Romero, ha declarado que se opone a la DUI (Declaración de Independencia) pero también al 155. Socialistas mallorquines piden que su senador se oponga al 155 en el Senado.  José Montilla, ¿votará a favor de que se intervenga la Generalitat de la que fue president? En esta crisis política, el PSOE de Pedro Sánchez también ha ligado su suerte política inmediata a Rajoy, al plegarse completamente a sus exigencias. La alianza de los partidos dinásticos sigue incólume. Hasta la propuesta de una comisión para la reforma constitucional parece muerta aplicando el 155. Hace tan solo 3 meses, el PSOE decía que “nunca apoyaría la aplicación del 155” para afrontar la situación catalana. Poco ha durado su intención de aparecer como alternativa.
 En la complejidad de la situación, se perciben tres posibles escenarios:
a/ Puigdemont convoca elecciones antes del viernes 27 (parece poco probable, aunque haya quien la considere como una opción; Rajoy ya ha anunciado que ni eso impediría la aplicación del 155 y existen muchas dudas que esas elecciones cambiaran el panorama político catalán).
b/ el Parlament catalán proclama la república y el inicio de un proceso constituyente en la sesión que se ha convocado para esta semana (eso desataría una mayor represión por parte del Estado; el Fiscal General ya ha amenazado con la detención de Puigdemont si eso sucede, pero también un proceso de movilización y resistencia).
c/ el Senado acuerda aplicar el 155 y se abre un periodo de intervención del Estado que podría desembocar en unas elecciones convocadas desde el gobierno central (también de resultado incierto, incluso con la posibilidad de un boicot de las fuerzas independentistas y soberanistas).
Tejer alianzas
      La lucha está por librar, pero tampoco hay duda de que la aplicación del 155 deja bien tocado al régimen del 78 y a la monarquía. Las fuerzas sociales transversales que hay detrás del movimiento catalanista, y en particular el 1 de octubre, representan la aspiración a un cambio político, a levantar una república catalana, mientras que por el otro lado la única respuesta es la represión, que una minoría gobernante amordace al resto y rompa definitivamente hasta la propia Constitución al tomar las medidas represivas que significa la aplicación del 155.
       La defensa de la democracia pasa a primer término. La libertad de “los Jordis”, la lucha contra el 155 y contra la intervención de la Generalitat permite tejer las más amplias alianzas entre fuerzas independentistas, soberanistas y democráticas, tanto en Catalunya como en el Estado español. Son necesarias y urgentes. Son útiles y prácticas, como se ha demostrado en todas las acciones de carácter unitario que se han convocado.

    Nadie puede ya negar la repercusión estatal e internacional del conflicto, solo hay que ver las portadas de los periódicos de todo el mundo. El PP, Ciudadanos y el PSOE pueden subirse a una ola de reacción patriótica, pero arrasar con los derechos democráticos en Catalunya es el anuncio de que pueden ser recortados en cualquier otro lugar, pero es también la posibilidad de iniciar un movimiento solidario y republicano en el conjunto del Estado. El grito de “No pasarán” se escucha a menudo por Catalunya. Tendrá que oírse también en el resto del Reino.
ENLACE. http://www.sinpermiso.info/textos/el-155-es-contra-catalunya-pero-afecta-a-las-libertades-democraticas-de-toda-la-poblacion-del-reino

miércoles, 11 de octubre de 2017

Las mentiras de la España neo franquista



  
    Hablemos del  aparatoso revuelo que el integrismo español está montando por la situación creada en Catalunya. El problema es la llamada “sagrada unidad” de su  España, de lo que ellos entienden como España, y me refiero a los Poderes facticos del Estado y a su interesada manipulación que hacen del concepto, que hay que reconocer consiguen arrastrar y contaminar a no pocos individuos de poca o nula formación política y sociológica, que suelen ser masivamente manipulados y mediatizados por los medios de intoxicación masiva. Lo que estos poderes dicen y hacen sobre el particular es fruto de una forma interesada de  entender el  concepto de España, que no es banal ni improvisado, siempre ha sido  perfectamente estudiado e implementado para sacarle buenos réditos ideológicos y sobre todo políticos. Los nacionalistas radicales españoles, aquellos del pueblo llano, entienden la identidad de España como les  han enseñado que entiendan, Es una ideología nacionalista ultra, absorbente, excluyente y dominante, de una pasión enfebrecida hacia lo que ellos entienden como una ideología  propia. Es un sentimiento contaminado impregnado de irracionalidad y fanatismo creado por los poderes mediáticos para sacarle rentabilidad política manipulando y dirigiendo sus energías  hacia el terreno político que interesa al Poder,  Porque los poderes de la derecha, siempre se mueven en el terreno política cuyo transfundo es económico, es decir, hacer o no hacer algo en función de su rentabilidad económica. Las proclamas subliminares siempre son la parte decorativa de sus retorcidos intereses lucrativos. 
  

    

No nos creamos que son viejos y caducos iconos, con Rajoy  están bien actualizados 

           La España que soporta el Régimen del Estado neo franquista español es ciertamente una "España" peculiar, aunque mejor deberíamos decir son varias "Españas" sometida a grandes presiones  centrípetas  para crear la impresión de unidad. Cuarenta años con Franco y otros tantos con los herederos del dictador han modelado una ficticia imagen de " Una grande y libre" España, gracias a la machacadora actividad de lavados de cerebros masivos por sus poderes mediáticos mayoritariamente afines al Régimen, en el modulo de una sola "España grande y libre", y además “democrática”, además de  todo tipo de presiones económico políticas y culturales tendentes a esa artificial esquema de unidad.


         Pero últimamente y tras la fantasmal “Transición”, no es predicada en parámetros políticos de aquel pestilente "Movimiento nacional" franquista, sería demasiado estúpido vestirse de democracia occidental  y actuar exhibiendo iconos  y modales de la dictadura a la cual presuntamente se dice pretender  superar y enterrar. En realidad esta concepción subliminar de “España” es la misma concepción expandía por Franco y su retorcida doctrina totalitaria, aquellos valores heredados de Franco “una grande y libre”: Intocable, sagrada, “poderosa” portadora de las esencia de aquella España imperial, bendecida por la iglesia oficial, etc. Conceptos Ideológicos que  tras la  llamada Transición  el Estado la ha seguido arrastrando en estos casi cuarenta años de farsa democracia, a pesar de que en la Constitución se dice que este Estado es oficialmente aconfesional.



       Los poderes facticos políticos y económicos del franquismo quedaron intactos tras la llamada "Transición". Sus personajes  solo se cambiaros de vestimentas, de aquellos modales estridentes y autoritarios y de sus iconos más representativos. Pero no así sus instintos criminales fascistas y depredadores. La cuestión de la "España una" no es banal, y no solo por los factores de perdida territorial, sino sobre todo por la pérdida de aquellos "principios" o símbolos políticos en los cual los neo franquistas  han vasado adoctrinado  y alimentado su fantasmal “grandeza” carpetovetónica. Si se da la “desmembración  de España" el Régimen quedaría cojo y gravemente dañado, no físicamente sino en su orgullo totalitario de casta dominante .Que le queda a un imperio, aunque sea fantasmal, si le quitas parte de su   territorio. Solo el ridículo y el fin de la comedia imperial. Y  muerta esta imagen sería el fin del Régimen por el derrumbe ideológico representativo de una fantasmal e irreal España unida.



      Esto que sonara a arcaico, que ciertamente lo es, pero es que los detentadores de los poderes facticos del actual Estado español, no  podemos olvidar, se rigen por  parámetros y valores de un autoritarismo arcaico pero real, y de unos valores ideológicos que inculcan a la masas  aunque sean propios de papanatas irrecuperables.  Alimentados y consentido  por muchos anos por la  indolencia  política de la inmensa mayoría de la población a la que se le había engañado con mentiras propias de las técnicas de la Guerra de Cuarta Generación, para que se creyese la mentira de la “modélica Transición” y de las grandezas de una España de “regio abolengo imperial”. Todo puro humo. Porque la realidad, para el pueblo llano, es bien cruda y distinta de sus cuentos de grandeza. y de “raza invencible”. Y para todos aquellos que desconocen la verdadera y oculta naturaleza del Estado Español, les recomiendo leer los enlaces incluidos donde descubrirá su verdadera naturaleza, bien distante de la oficiosa  propaganda que se hace a sí mismo el propio Régimen 






   

       

España es mentira

Nota del administrador de este Blog 


Por Beniezu

     “ Borroka Garaia” un blog vasco que no se suele morder la lengua cuando publica  sus artículos guerreros. Este articulo de colaboración que reproduzco aquí es una autentica primicia. Ya solo el concepto afirmado en el titulo,”España no existe”, implica una ruptura radical con la “verdad” expandida por este Régimen. Su mensaje es además de novedoso es rupturista  y agresivo con la "verdad" que nos fue impuesta a la fuerza primero por Franco y ahora por este Régimen que utiliza los medios que le confiere el Estado tales como el control del sistema educativo, el poder de la iglesia, los medios de intoxicación masiva etc. para modelar cerebros a la medida e sus intereses rastreros. De esta forma, sus "subliminares “e interesados valores, morales, religiosos políticos etc. son expandidos por todo el territorio estatal controlado por su casta política en el poder, prefabricando un mundo ideológico a la medida de sus intereses de casta dominante.
    Todo, para asentar y adornar el poder de una camarilla de oportunistas vestidos de patriotas cuya finalidad no tiene ninguna motivación de asentar sublimes valores '"patrióticos", es una pantalla muy bien montada y decorada para ocultar sus verdaderos y ambiciosos intereses lucrativos , de esos que solo se consigue con el poder, el engaño en la urnas y el argumento de las armas, es decir con las políticas corruptas y el empleo e la fuerza , de las que el PP es hoy, ayer, y si no lo remediamos también mañana, un ejemplo descomunal de descaro y  corrupción




Artículo de colaboración para "Borroka garaia da"

 Autor: Josemari Lorenzo Espinosa

             España no es una nación. Desde hace mas de un siglo es un accidente político, que arrastra un fracaso nacional. Su sucedáneo, el Estado español administra y gestiona este accidente, como un armatoste peligroso en entredicho. Un obstáculo para la libertad de los pueblos y el progreso de las gentes. La España histórica, la de los libros de historia, es un pasado… de rosca que ya no vende. Una historia sospechosa, in vigilando, de conquistas, imperios y abusos con un estrambote de cuarenta años de franquismo (1939-1978) y otros cuarenta de dictadura constitucional (1978-2018). Blanqueada en un referéndum justito. Y por si alguien no lo sabe, Franco también ganó su dos referéndums:1947 y 1967. En esto gana a los nuevos dictadores.

       Esta España falsa, de los libros y la educación oficial, nace en Covadonga a pedradas y muere en Cuba a machetazos, agotada por penosos siglos de violencia imperial. En la manigua cubana fracasa la España de Sagunto, Numancia, Las Navas, Otumba, Lepanto…y cae el mito de una nacionalidad, que nunca existió. Cuyos atributos, como escribió Malleda eran: “fantasía, pereza, ignorancia y rutina”. Una España que llevaba a Hernán Cortés en la bragueta y al Cid, bajo la boina.

        La clamorosa inferioridad militar española se hunde definitivamente en aguas del Caribe, frente a los EEUU. Culmina entonces la caída de un imperio de zánganos hidalgos y reyes holgazanes. Cuando el suelo del imperio se hunde, cae sin alternativa el proyecto de nación y la idea de España, que descansaba sobre el expolio ultramarino y la servidumbre de millones de campesinos. En medio de la gran crisis del 98, surgirá aquel regeneracionismo de Cámara de Comercio, que culpa a la oligarquía y al caciquismo de todos los males. Los regeneracionistas del 98, trataron entonces en vano de espabilar a su colegas. Siguiendo el derrotado camino de antecesores como los ilustrados, los racionalistas o los arbitristas de siglos anteriores.

        La burguesía periférica (catalanes, vascos) aliada con los trigueros de la meseta y los aceitunos andaluces, encuentra un respiro intelectual en los Costa, Malleda, Picavea, Isern y otros que quieren convertir la derrota del imperio, en Estado hidraúlico. Albacea de la crisis y sublimación de la nación que no existe o de la raza, que no se ve. Serán los mimbres necesarios para educar a las clases medias emergentes, en el patrioterismo pre-fascista que tanto aprovechó el 18 de julio, como carne de cañón y banderín de enganche, para mantener el estado de los negocios en sus altos dividendos.
De este modo, España se convierte en el sujeto agente de una identidad que se descompone antes de definirse. Provocando el nacimiento de los intelectuales mesetarios del 98, críticos con la España nacional y enamorados de la Castilla nutricia. Que adopta el regeneracionismo, congénito y fracasado, atravesando el quehacer público español desde Cánovas hasta hoy, pasando por las tres dictaduras (la de Primo de Rivera, la de Franco y la de 1978).




      Porque será que los fascistas siempre se apoyan en una "Unidad de España" que solo existe por la  fuerza bruta 
     
      La crisis es también aprovechada por los pueblos peninsulares sometidos: Euskadi, Catalunya, Galiza… Que han iniciado su propio despegue nacional, denunciando que España como comunidad histórica no tiene nada en común, con ellos. Como supuesto nacional, a partir de aquel Galeuzka prefigurado desde finales del XIX, lo que iba a ser España se resume en un fracaso, que solo se mantiene vampirizando la diversidad de las colonias interiores. En el mosaico de pueblos joseantoniano, no hay nada nacional que pueda llamarse España. A pesar de lo subvencionados esfuerzos de la historiografía jacobina. La historia de los pueblos “españoles”, por mucho que se intenten falsas ecuaciones y sumas imposibles, no puede construir una veraz Historia de España.
Debido a esto, los continuos esfuerzos de la España-estado por encontrar a España-nación se convierten en otros tantos zarpazos militares sangrientos. Como habían sido las guerras contra Catalunya del s. XVIII y fueron las del XIX contra los vascos. A lo que se añade el sangrado brutal de 1936, contra todos. Con Franco, España se convierte en un proyecto definitivamente trasnochado, con el objetivo de mantener la unidad territorial del absolutismo borbónico y el patrimonio cultural castellano. Abusivamente llamado “español”. Como hegemonía nacional, la Historia de España no aparece, desde entonces, en el cruce de reclamaciones de las jóvenes nacionalidades, que cuartean el Estado y sus imposiciones.

       Si se descuentan de la Historia de España, las historias de las naciones prohibidas y la crónica de su represión, solo queda un páramo extenso. Imposible de llenar con una contradictoria y contestada Constitución. Por mucho que sirviera, en 1978, a una Transición militarizada y a unos partidos pre-corruptos. Lo que se llama Historia de España, pasó entonces, a ser la suma de las historias robadas a otros pueblos. El día que se juzguen estos robos, España quedará sin datos propios, sin identidad, sin carisma, sin libertad. Como escribió Picavea: “Una enfermedad, agravada desde el siglo XVII”. Una mentira, que se desmiente a cada paso.

          España se avergüenza, con los del 98, de su pereza, rutina, ignorancia e imperialismo. Y con el franquismo la españolidad se retira confusa, de las mentes y conciencias. La quiebra se acelera. Sin Cuba, ni los últimos de Filipinas, sin Imperio…España no es nada. Salvo sus pretores franquistas, que mandan disparar a las tropas en las naciones ocupadas. A finales de siglo, se ha convertido en un mendigo llamando a la puerta de Europa, que vive de las migajas de sus turistas. Donde no la dejan entrar por sus impresentables señas de identidad política. Y a medida que las nuevas historiografías, de las colonias interiores, encuentran la verdad histórica, se resiente la falsa identidad española que hacía guardia junto a los luceros. España pierde historia y se descompone vieja y maloliente, con la puja de los nuevos aspirantes a Estado. Y empieza el siglo XXI, con una ley dictatorial insostenible y una nueva crisis, que recuerda cada vez mas al 98.


Porras contra votos

           Pero también es cierto que hay otra España. Sensata y abochornada con su curriculum imperial. Una España que de verdad merece el nombre de regeneracionista. Una España, sin embargo, que sigue en el limbo de la Historia y la política. Sin conseguir hacerse oir. Sin presencia política, ni existencia social suficiente. Para poder cambiar las cosas de oficio. Estos españoles conscientes nunca han logrado imponer su sensatez, ni su progresismo, en el imperio. Son los otros perdedores. Herederos de la línea liberal, de los educadores de la libre enseñanza, del movimiento obrero y social de los años treinta, de los republicanos que perdieron la guerra y la postguerra. Han estado siempre marginados y arrastrados por los campeadores. El drama de los españoles de esta historia triste es que se ven identificados, a la fuerza, con un proyecto rancio y decadente que atraviesa la falsaria historia oficial de España y malvive de la negación de otros proyectos.

           Mientras que las naciones emergentes viven su historia en positivo y avanzan hacia la libertad, la fracasada construcción española sigue siendo la opresora e imperialista de antes. Disfrazada ahora con el nuevo imperio de la ley. El derecho de conquista, impuesto por los ocupantes. Y cuando la derecha y el neofalangismo de corbata, quieren blanquear esta historia, con argumentos leguleyos y antidemocracia de cuartel, tienen que repetir la misma historia de siempre: intolerancia, negación y envío de tropas.

        El imperio español pasó a la Historia. El legado de los RRCC, el testamento de Isabel ha caducado. Está en la fase final de su desaparición. Aunque ahora se agarre a la dictadura constitucional, como último eslabón de la débil ideología que justificaba su presencia en los territorios ocupados. Pero su nacionalismo es impresentable. No puede sostenerse, en el siglo XXI, con desprestigiadas hazañas bélicas y necesita otra historia. Un recambio menos triste que la Historia de España del padre Mariana. Las “glorias” españolas de mayor duración: el imperio y el franquismo, hace tiempo que han sido repudiadas. Nefastas e irrepetibles, no sirven como pórtico para una historia nacional, que no existe. Y la salida dictatorial del 78, se agrieta y cuartea por los eslabones mas débiles.

         Nadie se atreve a reivindicar la mentira sangrienta de una Historia de España reflejo de su propia crisis, como nación cuartelera, sostenido con analfabetismo y atraso. Ramalazo de su imperio y de la dictadura personal mas larga de Europa. Rematada hoy con una monarquía sin legitimar y en entredicho. Que no sabe solucionar sus problemas dejando votar a los afectados. Por eso se esgrime el incansable argumento de la vieja ley, del 78. Que en su día blanqueó la sucesión. Pero hoy se ha vuelto tan reaccionaria e inservible como las anteriores. Y prohibe el derecho a decidir, bajo la cobertura del Tribunal constitucional de los invasores. La Inquisición constitucional, contra la herejía política de los que quieren votar, según sus normas. No las del derecho de conquista.

Catalunya está demostrando, a esta España, que cuando se lleva a sus últimas consecuencias una voluntad política de independencia, el imperio se tambalea. Tiemblan los poderes fácticos de la ocupación, resoplan los creadores de opinión asalariados y nadie encuentra, en sus leyes dictatoriales, la respuesta adecuada. Es decir, aquella que no pase por el envío de tropas.

       Cualquiera que sea el resultado final de esta contienda, la mentira España ha quedado tocada. Una vez mas al descubierto la falacia que empezó a inventar, por el siglo XVI, el padre Mariana. De cuyas ubres de tradición, ley y orden han mamado los historiadores e historiografía oficial desde el franquismo. Y que sirven de base a los políticos del sistema actual.

         El simple hecho de impedir por la fuerza que alguien ejerza el derecho a voto, aunque este sea contrario a nuestros intereses, coloca a cada uno en su sitio. España en el centro del ring, con los guantes puestos de la intolerancia de los vencedores de espada y armadura. Catalunya en el rincón de los perdedores, acorralados, pero justos y racionales. Y el resto de Europa escandalizada por la vergüenza ajena, de ver la desigualdad pelea televisada, entre las porras y votos. España en el sitio, que le asignó el padre Mariana, en el centro del imperio cristiano, que siempre ha querido ser. La España de Frascuelo y de María, ironizada por Machado. O el pueblo de cabreros, descrito por Gil de Biedma. Que duerme junto al catecismo y a la espada. El ballestero que busca su presa y otea el horizonte, desde el páramo castellano, impidiendo que nadie se mueva en sus dominios.

        España ha acabado siendo una mentira y un fracaso nacional, por que ha sido siempre uno de esos Estados que ha basado su razón de ser en la negación y ocupación de otros pueblos. Pero el tiempo ha pasado y la sensibilidad consciente, incluso de muchos españoles, se ha actualizado. España ya no puede vivir de su imperio. Por mucho que sea el imperio de la ley. Tal vez Euskadi o Catalunya no puedan alardear de sus éxitos políticos. Porque no los tienen. Pero si de sus razones históricas justas. En cambio, España no puede presumir de leyes, y seguir viviendo como si estuviéramos en el imperio donde no se ponía el sol. Estamos en un siglo en que las ocupaciones imperiales, las invasiones territoriales, los desembarcos de marines en otros países son odiosos y fuera de la Ley universal. Nadie las defiende. Nadie las quiere.
   
          España ocupó Catalunya en el siglo XVIII. Arrasó ciudades, saqueó pueblos…Los mercenarios borbónicos de Felipe V, acabaron con la vida de miles de resistentes. Las leyes propias fueron suprimidas, la lengua y la cultura perseguida. Toda una serie de atropellos, que suelen seguir a las invasiones en la Historia. Que se repitió, corregido y aumentado, en la guerra de 1936. Pero recordar esto, como hacía el franquismo, ya no prestigia a sus autores. Ni a los actuales poderes, sucesores directos de los autores de estas masacres históricas. Que se aprovechan de sus concecuencias. Por eso la alianza hispanófila no lo menciona nunca. Lo que pasa hoy es consecuencia de lo que pasó en Catalunya en el s. XVIII. O en Euskadi en el XIX. Y mucho antes en Galiza, Canarias etc.

         El gobierno español ya lo sabe. Y su la banda de la porra, seguirá hablando de leyes y mandando a sus marines contra los pueblos oprimidos. Los medios tóxicos seguirán vendiendo la dictadura constitucional “que nos hemos dado”, aunque solo la hayan votado menos del 40% del actual censo electoral.

        Y si alguien no lo remedia, en Nochebuena tendremos que apagar el televisor. Otro año mas. Para no escuchar una vez mas hablar de la mentira España.
 
ENLACE. https://borrokagaraia.wordpress.com/2017/10/10/espana-es-mentira/