Nota del editor de este Blog
Por Beniezu
Se podría decir que estaba faltando
un articulo como este para clarificar el panorama político en el Estado español
en el terreno que suelen denominar retóricamente
de “izquierdas” Es el caso de nuestra “izquierdas” llamada IU, últimamente enredada en lios y amoríos con
la formación Podemos cuyo trasfondo se puede vislumbra como una vulgar
pelea para arramplar cotas de influencia y poder político
en el escenario electoral, cuyo final parece que se ha aparcado hasta el
resultado de las urnas.
Mal
anda la clase política, cuando se proclama de izquierdas, y se supone que sus
objetivos políticos debería ser la transformación de la sociedad en interés
de la mayoritaria clase trabajadora, en la construcción prioritaria de un Estado a su servicio y no enredados en
como contentar mejor a las oligarquías y
a sus poderes militares que solo se interesan en exprimir y maltratar a las
clases trabajadoras de casa y del extranjero.
Estos dos formaciones Podemos e IU se
desenmascaran cada vez mas de su
naturaleza servil y oportunista obedientes
a los designios del capital. Menuda izquierda de ”cartón piedra "su radicalidad
se limita a sus proclamas y promesas que no van mas allá de la simple retorica de vulgares
oportunismos compitiendo quien es más
radical de boquilla.
Este articulo estos firmados por Nicolas Garcia Pedrajas
y esta publicado en el blog “Agenda roja”
cuya fuente acompanho
Por Nicolás García Pedrajas
NOTA: Si eres militante de IU es posible que este
artículo te resulte muy crítico. Si crees que lo mejor es cerrar los ojos a lo
que está pasando y esconder la cabeza debajo de la arena te aconsejo que no
continúes leyendo. Si de verdad te gustaría que IU fuese un partido
anticapitalista y de defensa de la clase trabajadora a lo mejor te interesa
seguir leyendo.
La situación de Izquierda Unida, un partido que aún
con sus muchas deficiencias ha sido la referencia de la izquierda en España
durante los últimos 30 años, es indudable que es de extrema gravedad. Nadie
puede pensar que un partido que renuncia a presentarse a las elecciones como
tal, convertido en múltiples reinos de taifas y con muchos de sus dirigentes
manifestando públicamente su afección a otras siglas pasa por su mejor momento.
Tampoco es lo mejor para un partido que su líder, y representante casi absoluto
del partido en los últimos meses, diga en la prensa: “Me aterroriza que Podemos
se pueda convertir en otra IU”[1]. Se imaginan que
ocurriría en otro partido cualquiera si se hubieran producidos unas
declaraciones parecidas.
Para hacernos una composición de lugar podríamos
resumir la situación actual de IU de la siguiente manera:
- A pesar de la duración de la crisis actual IU no
ha sido capaz de armar un relato de izquierda del origen y significado de
ella. En lugar de crear una explicación propia que deje claro que esta crisis es solo un
estado más del capitalismo y no una excepción, ha evitado realizar un
análisis marxista y se ha limitado a recoger las explicaciones populistas
que, apelando a enemigos fáciles de identificar, la troika, la austeridad,
Bruselas, los bancos, etc., dejan fuera la causa real, que no es otra que
la propia naturaleza explotadora del capitalismo. Asimismo, promete
soluciones socialdemócratas que como Grecia ha dejado bien claro no serán
admitidas por el capitalismo y sus órganos de poder.
- Caos en la organización desde mayo de 2014. No se
puede pasar de denostar las primarias[2][3] a defenderlas
como el mejor instrumento para elegir a los candidatos. No se puede estar
a la vez negociando con Podemos y denostándolo en la prensa. No se puede
presumir de no vender los principios al día siguiente de quedarse sin
comprador[4]. No se puede
estar constantemente cortejando a figuras mediáticas y a la vez
criticándolas cuando no aceptan incluirse en las listas electorales, o se
marchan enfadadas por el trozo de tarta que les ha tocado.
- Expulsión de 5000 militantes en Madrid a los que
se pretendió obligar a una humillante reafiliación. Incluso aunque hubiera
razones para abrir expediente a algunos de ellos, no se siguieron los
cauces adecuados. Y desde luego un principio básico de cualquier justicia
es que no se pueden aplicar castigos colectivos. Expulsar en masa a todos
los militantes de IUCM es un acto de muy difícil justificación, más allá
de eliminar una federación que se oponía a los que en este momento
controlan IU. El resultado ha sido la pérdida de más de 3000 militantes y
la casi destrucción de IU en Madrid.
- Mentiras y estrategias por encima de principios e
ideología. Mientras se apela constantemente a la transparencia y la
horizontalidad las decisiones se toman cada vez en círculos más reducidos
y de espaldas a la militancia. Se niegan negociaciones con Podemos hasta
que son del dominio público. Incluso se acaba reconociendo que ha habido
contactos “privados”[4] para negociar
con Podemos de los que la militancia se enteró por la prensa y de los que
aún no sabe en qué consistieron. No se puede montar una marca blanca como
Ahora en Común (más tarde Unidad Popular) y pretender que la gente crea que
IU no ha tenido nada que ver. El espectáculo de la candidatura por
Sevilla, con un proceso totalmente controlado por el PCA, es un ejemplo
claro. El hecho de que IU plantee una coalición electoral con varios
partidos residuales y una supuesta Unidad Popular que no existe es otra
demostración del sacrificio de los principios en aras de la estrategia y
el espectáculo mediático. La candidatura de IU en las próximas elecciones
generales será el primer caso de la historia de coalición electoral de un
partido consigo mismo. Si a esto añadimos que se ignora la opinión de las
bases en Cataluña, que se mostraron en contra de ir en coalición con
Podemos, o se pregunta a ultimísima hora como en Galicia, la democracia
interna es mucho más formal que real.
- Desaparición del partido en favor de un líder
único, Alberto Garzón. En los últimos meses se ha agudizado una deriva
presidencialista, que nunca se dio con Cayo Lara, en la cual IU ha quedado
prácticamente desaparecida y ha sido sustituida por su líder. La prensa publica
no las propuestas de IU sino las propuestas de Alberto Garzón[5], la lista
para encabezar la candidatura por Madrid se llama “Ahora con Alberto
Garzón”, y prácticamente nadie más habla en representación de IU en los
medios de comunicación. No sería de extrañar que alguien estuviera
pensando es usar su cara como logo en las papeletas de votación como ya
hizo Podemos. En esto IU da un paso más hacia la americanización de la
política, donde los partidos apenas existen, y continúa por la perniciosa
senda de convertir la política en un concurso de popularidad que ya inició
con la aceptación de las primarias. Incluso en reuniones en las que debe
asistir el Coordinador Federal[6], que es el único representante de IU, acude
Alberto Garzón sin que se haya dado una explicación válida a los
militantes.
- Discurso vacío con la sustitución de términos
ideológicos por vacuidades como los de abajo, derechos humanos o
democratización económica. ¿Cómo puede una persona de verdad de izquierdas
pensar que es posible la democracia económica dentro del capitalismo? En
su discurso IU se ha convertido ya en un partido socialdemócrata que
defiende un Keynesianismo económico que ya nunca más volverá. Una especie
de intento imposible de vuelta al estado del bienestar, olvidando además
que ese estado del
bienestareuropeo se
hizo sobre la explotación de los recursos naturales y las clases
trabajadoras de América latina, África y Asia. Cualquier persona que se
defina socialista o comunista debería avergonzarse incluso de usar el
término estado del bienestar como algo a lo que aspirar.
- Aceptación de políticas que deberían ser
innegociables. IU no se siente ahora incómoda cuando sus socios no apoyan
la recuperación de la memoria histórica, reciben a golpistas venezolanos,
apoyan la presencia de bases militares de EE.UU. en España, no se muestran
en contra de la OTAN, afirman que no hay alternativa al capitalismo o se
niegan a apoyar la causa palestina con vergonzosas abstenciones[8]. Con
partidos así se muestra dispuesta una y otra vez a pactar
incondicionalmente. La excusa de la minoría le permite tranquilizar su
conciencia.
Este sería a grande rasgos la situación actual de IU.
La pregunta evidente es si, dado este estado de cosas, tiene arreglo IU. Sin
embargo, para poder responder a esta pregunta es necesario saber a qué nos
referimos con arreglo. Cuando hablamos de arreglo no nos referimos a éxito
electoral en una u otra convocatoria o la mera supervivencia como partido
político. Nos referimos a si es posible que IU pueda ser una herramienta útil
para la lucha contra el capitalismo que es la única esperanza de la clase
trabajadora. Es por ello que debemos plantearnos hacia dónde va IU en la
actualidad y si esa deriva es modificable.
Es evidente que aunque la estrategia de
fusión/absorción con Podemos ha fracasado antes de las elecciones, por falta de
interés de Podemos no lo olvidemos, la hoja de ruta a medio plazo del grupo
dirigente actual de IU es la misma. Lo que se pretendió antes de las elecciones
se pospone a después del 20D. En estas semanas, Manuel Monereo, uno de los
ideólogos de la podemización de IU lo afirmaba en una entrevista y participaba
en la presentación de un círculo de Podemos. De la misma forma se manifestaba
el senador de ICV Jordi Guillot en un artículo en el diario Público[9].
Para la mayoría la discusión es solo si en este
matrimonio con Podemos, IU mantiene su propia identidad o no. Pocas voces se
han alzado con críticas de fondo contra la fusión/absorción/coalición con un
partido que reniega de muchas de las que hasta ahora han sido bases
programáticas y de acción de IU. Para esta mayoría lo que se está jugando es la
supervivencia de IU como organización. Desde mi punto de vista eso es
secundario. Si IU continúa sin discurso propio y a remolque de los partidos de
la clase media, su supervivencia es de poca importancia. Algo que solo
interesaría a las personas que viven de la organización, pero indiferente para
la clase trabajadora. La supervivencia de IU tiene importancia solo si es como
instrumento útil a los trabajadores y trabajadoras.
Es evidente que en los últimos meses el viraje de IU
ha sido notable. La sustitución de facto de Cayo Lara por Alberto Garzón como
líder del partido, aunque oficialmente Cayo Lara es aún Coordinador Federal, es
mucho más que un relevo generacional. Es un cambio completo de modelo. Mientras
Cayo Lara proviene del mundo rural, Alberto Garzón es un representante de la
pequeña burguesía. Sus vivencias son completamente diferentes y su visión de la
sociedad también. No creo que nadie se imaginara a Cayo Lara posando en una de
la revistas exponente de la podredumbre de capitalismo como Vanity Fair[10]. Sin embargo, no es solo Alberto Garzón, la mayoría de los líderes
emergentes de IU comparten este perfil universitario y de clase media, mientras
que las personas provenientes del mundo obrero son cada vez menos y su
relevancia en el partido casi nula.
Incluso, IU se permite apelar al 15M[11], un movimiento profundamente individualista, anticomunista y que desde
luego no tiene nada que ver con los principios de izquierda trabajadora que
deberían ser la propuesta de IU. Un movimiento además superficial de personas
cuya máxima aspiración ha sido siempre volver a los tiempos de la burbuja y el
consumismo como forma de vida. Un movimiento que solo apela al joven universitario
urbano como centro de la sociedad, no precisamente lo que IU debería
representar.
Sin embargo, estos movimientos son solo el colofón de
un camino que IU empezó a andar hace tiempo. En los últimos años los dirigentes
procedentes del mundo obrero, como Gerardo Iglesias, Francisco Frutos y Cayo
Lara, han sido sustituidos por dirigentes jóvenes, de procedencia universitaria
y para los que el trabajo manual es algo totalmente ajeno. Este cambio también
ha afectado a la militancia, con cada vez menor presencia de personas de la
clase obrera. El efecto de este cambio ha sido el tener cada vez más una
orientación socialdemócrata en las propuestas y las estrategias. En paralelo se
trata de mantener un discurso de clase de cara a una parte de la militancia, pero
un discurso de clase cada vez con menos peso en las políticas que IU lleva a
cabo donde gobierna, cada vez menos presencia en sus discursos e, incluso, cada
vez menos presencia en los programas y las propuestas.
Las bases programáticas como la denuncia del
capitalismo o el antiimperialismo son cada vez más usadas como recursos
retóricos. Las propuestas reales son claramente de reforma débil del
capitalismo. Incluso en un tema tan básico como la oposición a las agresiones
imperialistas se ha sustituido el no rotundo por la apelación a un referéndum[12s]. Debería ser evidente que IU debe oponerse a cualquier guerra
imperialista, y nunca defender un referéndum que será claramente manipulable
por el poder.
Precisamente la falta de discurso propio en los últimos
meses, más allá de referencias retóricas, ha quedado de manifiesto en el caso
del atentado de París. IU no ha sido capaz de explicar una posición
diferenciada en la cual la condena a los atentados haya sido complementada con
la denuncia de la posición hipócrita de Occidente y sus aliados, fuente de financiación del terrorismo y responsable con sus
acciones militares contra la población civil de decenas de países de centenares
de miles muertos al año. De nuevo se ha ido a remolque de los acontecimientos y
ha faltado valor político para una postura que sin duda hubiera acarreado un
aluvión de críticas en los medios del capitalismo. Ni siquiera se ha planteado
la enorme contradicción de llevar a cabo muestras de condolencia por los
atentados de Francia, como minutos de silencio y banderas a media asta, cuando
el día anterior un atentado similar en Líbano fue totalmente ignorado.1
En este mismo sentido, el partido mayoritario en IU,
el PCE, ha convertido el comunismo en una especie de religión, algo para
practicar en la intimidad pero sin valor en la vida real. Sería una tarea casi
imposible distinguir el menor atisbo de ideas comunistas en Ahora en Común o cualquiera
otra de las aventuras políticas en las que se ha embarcado IU con el apoyo
entusiasta del PCE. La excusa que se da a los militantes es que el comunismo no
es ahora algo que esté de moda, pero es precisamente las continuas renuncias a
su ideología de partidos como el PCE lo que ha conseguido convertir el
comunismo en algo que apenas se puede nombrar.
La pregunta evidente es si esto solo ocurre a nivel de
dirigentes o también a nivel de militantes. Si las bases de IU siguen siendo
anticapitalistas sería posible una reflotación del partido tras una larga
travesía del desierto. Pero, ¿es esto así? Siempre me he preguntado cómo ha
sido posible que el acercamiento a las posiciones de Podemos, que tan poco
tienen que ver con la izquierda de clase trabajadora, hayan sido posible con
una oposición de la militancia solo residual.
Es difícil concretar cómo es la militancia en un
partido tan heterogéneo como IU, sin embargo es evidente que los dirigentes no
pueden llevar a un partido de forma opuesta a como quieren los militantes de
forma indefinida. Además, los procesos de confluencia con fuerzas políticas que
en nada deberían tener que ver con los principios ideológicos de IU apenas han
tenido contestación interna. La entrega a Podemos ha sido criticada básicamente
desde un punto de vista de reparto de poder, pero solo una minoría muy escasa
de militantes ha manifestado su oposición frontal al pacto con un partido que
defiende las bases de EE.UU., la OTAN, el capitalismo o la educación
concertada. Para una persona de verdad de izquierda, cualquiera de esta
posiciones debería ser suficiente para cerrar toda oportunidad de pacto.
Con todo esto, y respondiendo a la pregunta inicial,
creo que IU tiene muy difícil arreglo para volver a convertirse, si alguna vez
lo fue, en un partido de trabajadores y trabajadoras que se oponga al
capitalismo con convencimiento y no solo de forma retórica. En otro caso, su
único futuro es pasar a ser un partido más que intente vender la mercancía
caducada de la socialdemocracia y acabar como otros partidos similares en
Francia, Italia, Alemania o Reino Unido siendo una rueda domesticada más del
engranaje del capitalismo.
Soy muy pesimista. Como dije más arriba la
fusión/absorción/coalición con Podemos que se intentó antes de las elecciones
ha sido pospuesta pero no abandonada. La confrontación actual con Podemos es
solo una estrategia electoralista y no un convencimiento de principio y será
abandonada el mismo día 21 para volver a la senda trazada.
Es posible que tras el 20D la situación extremadamente
precaria de IU y el más que posible fracaso de Podemos acelere las cosas. Lo
que quizás cambie, si los resultados de Podemos son tan malos como se está
atisbando, es que se vaya a una fusión y no a una absorción. Una especie de
Bloco de Esquerda o Front de Gauche con la ideología de Podemos, la mayoría de
cuadros de IU y el futuro resuelto para bastantes años de muchos. Un partido
más útil al capitalismo e inútil a la clase trabajadora. Un partido más…
Salud y república
Enlace :
http://www.agendaroja.org/2015/11/tiene-arreglo-izquierda-unida/