Nota del editor de este blog
Por Beniezu
Catalunya, ha sido su pueblo lleno de
valentía y patriotismo el que ha comenzado a socabar la piedra de
este Régimen neo franquista. El tan necesario paso, ya ha sidot dado y no podemos dejarlos
solos en la tarea de luchar por nuestras libertades y derechos. Ya basta de
farsas, de seudo Constituciones escritas por un grupito de siete neo franquistas
contratados con el fin de darle una continuidad camuflada al
franquismo.
En
este articulo sacado del portal electrónico "Sinpermiso", se hace un repaso de las consecuencias de la decisión de
Rajoy de aplicar el Art. 155 a la autonomía Catalana. Artículo y
consecuencias que a la hora de escribir esto están aún
por ser aplicadas. Pero que el autor nos adelanta sus consecuencias
previsibles. Consecuencias previstas o no previstas ya han creado el
caldo de cultivo para abrir una gran brecha en el terreno de la deslegitimación
de este Régimen
oooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
Por
El 21 de
octubre, el gobierno del Partido Popular, con el acuerdo del PSOE y Ciudadanos,
ha decidido dar un golpe de Estado en Catalunya, que el Senado confirmará el
próximo 27. La aplicación del artículo 155 de la Constitución significa el cese
de todo el gobierno catalán, la intervención del Parlament, que no podrá
aprobar leyes ni proponer presidente, supone también controlar las funciones
esenciales de la Administración de la Generalitat, especialmente en el terreno
de la seguridad y los medios informativos públicos, representa una amenaza
sobre los funcionarios que no acaten las órdenes y suponer convocar elecciones
en un plazo de seis meses que, sin embargo, podría ser ampliado. La Generalitat
y sus funciones serán dirigidas por un “virrey” y por los ministros de Rajoy.
Es una decisión durísima contra Catalunya, que tendrá repercusiones en todo el
Reino.
El 21 por la
tarde, unas 450.000 personas, según la Guardia Urbana, llenaron de nuevo el
centro de Barcelona para exigir la libertad de “los Jordis” (Jordi Sánchez y
Jordi Cuixart) en prisión incondicional desde el día 16 y contra la aplicación
del artículo 155. Una manifestación convocada por la Taula per la Democràcia,
de la que forman parte la ANC, Ómnium Cultural, CCOO, UGT, Unió de Pagesos, y
hasta 97 asociaciones sociales y civiles, que reunió a un amplio abanico de
organizaciones y personas unidas por su voluntad de defender la democracia, de
oponerse a la represión y de encontrar una salida que responda a la exigencia
de una mayoría del pueblo catalán de ejercer el derecho de autodeterminación.
El gobierno
del PP no ha querido nunca ni hablar, ni negociar, ni dialogar. En la carta de
Puigdemont del día 19 de octubre, se lee: “El 10 de octubre, el Parlament
celebró una sesión con el objeto de valorar el resultado del referéndum y sus
efectos; y donde propuse dejar en suspenso los efectos de aquel mandato
popular.” O sea, que reconoce que no ha sido proclamada la independencia o la
república catalana, lo que, supuestamente, le pedía Rajoy, pero de poco sirvió
esa respuesta. Rajoy ni siquiera se tomó tiempo para enviar la respuesta que ya
tenía preparada: poner en marcha el artículo 155. No fueron escuchados ninguno
de los numerosos llamamientos al diálogo o a la negociación de muchos
dirigentes políticos, sindicales, premios Nobel, etc.
Sobre
legalidades
En su
campaña de propaganda, el gobierno Rajoy tiene la desfachatez de decir que se
ha visto obligado a tomar la decisión para “volver a la legalidad” y que se
cumpla la ley. La decisión de aplicar el 155 es justamente la manera de que en
Catalunya no se cumpla la ley. Porque la ley dice que el Parlament catalán es
el representante del pueblo, y ha sido suspendido. La ley dice que el president
de la Generalitat solo puede ser sustituido mediante votación parlamentaria, y
Rajoy se lo ha liquidado. Hasta la Constitución dice que hay libertad de
expresión, pero desde el próximo viernes en los medios de comunicación públicos
estará sujeta a las decisiones que tome quien nombre el gobierno como censor.
La ley no dice cómo hay que aplicar el artículo 155, Rajoy ha decidido que la
ley es él. Para apoyar todas esas barbaridades, El País tituló que “el
gobierno restaura el orden constitucional”, pero lo que se ha instaurado es un
clima antidemocrático y de imposiciones.
Sigamos con
las legalidades. Desde que el Parlament catalán decidió convocar el referéndum
del 1 de octubre, el gobierno del PP ha ido tomando medidas sin que ninguna de
ellas pudiera debatirse en el Parlamento. Todas las decisiones, especialmente
la intervención económica de la Generalitat, un 155 avant la lettre, han
sido arbitrarias y sin que pudieran ser votadas. Porque hay un elemento al que
no se presta, o no se quiere prestar, la suficiente atención: existe un choque
de legalidades, no sólo respecto a las últimas decisiones del Parlament
catalán, sino también porque el 155 anula todos los resortes jurídicos y
políticos de la propia autonomía, y tanto el Parlament como una mayoría del
pueblo catalán se considera sujeto político, que tiene soberanía y, por lo
tanto, capacidad de ejercer el derecho a decidir.
El mismo
encarcelamiento de “los Jordis” es puesto en cuestión por numerosas opiniones
jurídicas. Para la Comisión de Defensa del Colegio de Abogados de Barcelona, al
acusarles de sedición la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela se ha
inventado “un nuevo tipo diferente de los legales”, pues en los hechos no hubo
violencia. Según la doctrina del Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional no es
competente para investigar un delito de sedición, e incluso la juez vulneraría
la doctrina de la misma Audiencia Nacional que, en diciembre de 2008, consideró
que el delito de rebelión no es competencia de ese tribunal. Todo vale en esta
batalla contra la exigencia del derecho a decidir del pueblo catalán.
Más
sorprendente aún, quien en la práctica gobernará Catalunya los próximos meses
será Rajoy. Su partido alcanzó en las últimas elecciones catalanas el 8,5% de
los votos, ¿será legal y democrático que gobierne con ese porcentaje de apoyo?
El Senado será la única institución que podrá decir algo respecto a la
aplicación del artículo 155. En esa Cámara el PP tiene mayoría absoluta, una
mayoría que tiene que ver con la particular representación electoral que existe
en el Reino de España. Con el 33% de los votos, el PP obtuvo el 62% de los
senadores, ¡viva la representatividad! Será legal, pero su consideración
democrática es más que discutible.
Y, si
ampliamos el foco, a esas dudosas legalidades hay que añadir que fue el PP
quien rompió, con la ayuda del PSOE y CiU, lo que se venía llamando el
“contrato social”. Aprovecharon la crisis para implantar medidas arbitrarias,
como los recortes sociales o la reforma laboral, encausaron a más de 300
sindicalistas por defender el derecho de huelga o decidieron salvar la banca
para ampliar las desigualdades sociales. Si hablamos de legalidades o
ilegalidades, tengámoslas todas en cuenta. Porque, la aplicación del 155
representa también la quiebra política del régimen del 78 y de la Monarquía que
ha ligado su destino a la política del PP de Rajoy. Quizás pueda imponerse en lo
inmediato, pero se ha abierto un foso que no se podrá rellenar. Para una parte
importante de la población del Reino, la Monarquía estará ligada a la
represión, a la aplicación de medidas antidemocráticas y a la desigualdad
social. Hasta ahora parecía, o se hacía parecer, que la Monarquía estaba por
encima de las disputas políticas y sociales, como si viviera en una urna de
cristal. Eso se ha acabado, si es que alguna vez estuvo en duda.
Habrá
respuesta
La
aplicación del artículo 155 agudiza el conflicto. A priori, las fuerzas pueden
parecer muy desiguales, pero un movimiento tan organizado y potente como es el
independentista y soberanista catalán no se echará para atrás a las primeras de
cambio. Antes de librar la lucha los que tienen el poder siempre parecen más
poderosos, pero la lucha hay que librarla. El 1 de octubre, en numerosas
escuelas y centros de votación la gente estaba determinada a votar y a aguantar
la represión. Puedo explicar, como anécdota personal, que en mi colegio
electoral se anunció durante la mañana que se acercaba la policía. Había una
cola de unas 500 personas, gente mayor, padres y madres con sus niños, jóvenes…
nadie se movió, nadie hizo ademán de abandonar la cola, todo el mundo
permaneció en orden, tranquilo y disciplinado. Esa determinación no ha
retrocedido, si acaso se ha ampliado en respuesta a las medidas represivas.
Sirva como ejemplo a la jornada del 3 de octubre frente a la represión del día
1, o las 200.000 personas que se reunieron en Barcelona el 17 de octubre, el día
siguiente de la detención de “los Jordis”, o la manifestación del 21 de
octubre. Cierto que la represión puede ir a más, que se podría detener al
president de la Generalitat o a consellers del gobierno catalán, que podrían
producirse cargas policiales indiscriminadas, que ante la enorme y repetida
muestra de lucha pacífica pueden enviarse provocadores policiales y/o
fascistas, pero esa lucha está por librar y es una lucha en la que también el
gobierno Rajoy y el Estado tendrá que valorar hasta dónde puede llegar.
De momento,
la mayoría de la Mesa del Parlament ha dicho que resistirá y que no se dejará
arrebatar la soberanía que el pueblo le dio en las urnas. El president
Puigdemont ha convocado sesión parlamentaria para esta semana, probablemente a
la misma hora que se reúna el Senado en Madrid. La Taula per la Democràcia
sigue en pie en contra de las medidas represivas y en contra de la aplicación
del 155. Los sindicatos de TV3 y de la radio públicas se han conjurado para
seguir defendiendo su profesionalidad y la libertad de expresión. Sigue en pie
el movimiento de Escolas Obertas (Escuelas Abiertas) que fueron una herramienta
imprescindible para la votación del 1 de octubre. En numerosos pueblos y
barrios de ciudades se han ido conformando Comités de Defensa del Referéndum,
que son tanto más amplios cuanto más unitarios y abiertos a la movilización y a
las diferentes opciones políticas.
Hay otros
flancos que expresan las dificultades políticas de las medidas tomadas por el
gobierno Rajoy. Las alcaldesas y alcaldes del PSC de Santa Coloma de Gramanet,
Terrassa, Granollers y Castellar de Vallés han denunciado públicamente la
aplicación del 155. Nuria Parlon, alcaldesa de Santa Coloma, ha dimitido de la
Ejecutiva del PSOE. La diputada del PSC, Alicia Romero, ha declarado que se
opone a la DUI (Declaración de Independencia) pero también al 155. Socialistas
mallorquines piden que su senador se oponga al 155 en el Senado. José
Montilla, ¿votará a favor de que se intervenga la Generalitat de la que fue president?
En esta crisis política, el PSOE de Pedro Sánchez también ha ligado su suerte
política inmediata a Rajoy, al plegarse completamente a sus exigencias. La
alianza de los partidos dinásticos sigue incólume. Hasta la propuesta de una
comisión para la reforma constitucional parece muerta aplicando el 155. Hace
tan solo 3 meses, el PSOE decía que “nunca apoyaría la aplicación del 155” para
afrontar la situación catalana. Poco ha durado su intención de aparecer como
alternativa.
En la
complejidad de la situación, se perciben tres posibles escenarios:
a/
Puigdemont convoca elecciones antes del viernes 27 (parece poco probable,
aunque haya quien la considere como una opción; Rajoy ya ha anunciado que ni
eso impediría la aplicación del 155 y existen muchas dudas que esas elecciones
cambiaran el panorama político catalán).
b/ el
Parlament catalán proclama la república y el inicio de un proceso constituyente
en la sesión que se ha convocado para esta semana (eso desataría una mayor
represión por parte del Estado; el Fiscal General ya ha amenazado con la
detención de Puigdemont si eso sucede, pero también un proceso de movilización
y resistencia).
c/ el Senado
acuerda aplicar el 155 y se abre un periodo de intervención del Estado que
podría desembocar en unas elecciones convocadas desde el gobierno central
(también de resultado incierto, incluso con la posibilidad de un boicot de las
fuerzas independentistas y soberanistas).
Tejer
alianzas
La lucha
está por librar, pero tampoco hay duda de que la aplicación del 155 deja bien
tocado al régimen del 78 y a la monarquía. Las fuerzas sociales transversales
que hay detrás del movimiento catalanista, y en particular el 1 de octubre,
representan la aspiración a un cambio político, a levantar una república
catalana, mientras que por el otro lado la única respuesta es la represión, que
una minoría gobernante amordace al resto y rompa definitivamente hasta la propia
Constitución al tomar las medidas represivas que significa la aplicación del
155.
La defensa
de la democracia pasa a primer término. La libertad de “los Jordis”, la lucha
contra el 155 y contra la intervención de la Generalitat permite tejer las más
amplias alianzas entre fuerzas independentistas, soberanistas y democráticas,
tanto en Catalunya como en el Estado español. Son necesarias y urgentes. Son
útiles y prácticas, como se ha demostrado en todas las acciones de carácter
unitario que se han convocado.
Nadie puede
ya negar la repercusión estatal e internacional del conflicto, solo hay que ver
las portadas de los periódicos de todo el mundo. El PP, Ciudadanos y el PSOE
pueden subirse a una ola de reacción patriótica, pero arrasar con los derechos
democráticos en Catalunya es el anuncio de que pueden ser recortados en
cualquier otro lugar, pero es también la posibilidad de iniciar un movimiento
solidario y republicano en el conjunto del Estado. El grito de “No pasarán” se
escucha a menudo por Catalunya. Tendrá que oírse también en el resto del Reino.
ENLACE. http://www.sinpermiso.info/textos/el-155-es-contra-catalunya-pero-afecta-a-las-libertades-democraticas-de-toda-la-poblacion-del-reino